miércoles, 25 de enero de 2012

Reseña de un libro (02)


La vida es como el ajedrez: con lucha, competición y eventos buenos y malos.
Benjamin Franklin (1706-1790), filósofo, político y científico norteamericano


 
Continuando con los comentarios  que trae su libro vemos otros consejos del maestro Rosich:

 EL CONCEPTO INTERNO
Por lo que se refiere al ajedrez, se equivoca todo aquél que crea que simplemente jugando llegará a ser un buen jugador: esto es completamente falso. Sólo algunos llegan a maestro, mientras que una inmensa mayoría no lo consigue. El estudio es fundamental.
Hay diversos tratados extraordinarios que nos han dejado los grandes pedagogos del juego-ciencia. Recuerdo que cuando empezaba a destacar (tenía aproximadamente 12 años) recomendé en un artículo que hice para mi primer club de ajedrez el libro «Mi sistema», de Aaron Nimzowitsch. Este libro ejerció mucha influencia sobre mi juego. Lo estudié y asimilé cuidadosamente y pronto empecé a descubrir las maravillas que esconde el ajedrez. Nimzowitsch debió de sentirse muy orgulloso y realizado al escribir esta obra maestra sobre el concepto en el ajedrez.
He ganado muchas partidas simplemente por tener «más concepto» que mi adversario: ganar un tiempo en la apertura o en el medio juego, dominar una columna principal, situar «bien» las piezas y los peones, estudiar psicológicamente al contrario, concentración en los momentos clave... Éstas y otras ideas las he ido «puliendo» a lo largo de los años con voluntad, sacrificio y tenacidad.
El maestro de ajedrez sabrá en cualquier posición qué jugadas tiene que realizar y elegirá el mejor plan de juego gracias a su imaginación, inventiva, creatividad y talento. Todo ello mediante el estudio de posiciones. Obtendrá así una fuerza incuestionable. Sus adversarios lo temerán, respetarán y sentirán curiosidad por saber muchas cosas sobre él.
El camino que recorrer es largo y difícil, y es importante contar con el asesoramiento de expertos. Es conveniente estudiar con varias personas que tengan un nivel parecido al nuestro y con gustos parecidos por lo que se refiere a la elección de variantes.
El ajedrez entraña muchos misterios: está lleno de magia, una magia que a veces nos puede parecer fuera de nuestro alcance, pero nada más lejos de la realidad. Podemos aprender mucho analizando las partidas de maestros de renombre mundial. Si hay algo que no entendemos, no debemos dejarlo de lado, como tampoco tenemos que desmoralizarnos si perdemos muchas partidas; por el contrario, debemos sobreponernos a las derrotas, tenemos que saber encontrar el porqué de nuestros errores, estudiarlos y corregirlos para no volver a cometer otra vez los mismos fallos.
He hablado antes del tiempo en el sentido de dedicación al ajedrez; ahora vamos a verlo aplicado a la partida. Hoy en día, muchísimas personas malogran posiciones claramente ventajosas a causa de los apuros de tiempo: no saben administrar correctamente las horas de que disponen y eso los lleva a la derrota. Es éste un defecto que debe corregirse con método y paciencia.
Con estudio y dedicación mejoraremos progresivamente y llegaremos a sentirnos satisfechos de nuestro juego. Personalmente, a lo largo de todos estos años he sentido una gran satisfacción al ganar una partida después de dura lucha, y también orgullo por el juego desplegado.

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