lunes, 9 de enero de 2012

Los tramposos




He firmado tantos ejemplares de mis libros que el día que me muera va a tener un gran valor uno que no lleve mi firma.
» Jorge Luis Borges  (1899-1986) Escritor argentino
      
 

       Leìa hace unas horas en la webb de chessbase un artììculo del propietario de dicha empresa, Frederick Friedel, que trataba con cierta resignaciòn el tema de las trampas en el ajedrez, las componendas para estafar los premios, los arreglos de partidas con la vista puesta en el dinero, el uso de programas informàticos para ganar partidas, reconoce que con el juego naciò la trampa, la triquiñuela, y reconoce que hasta los legendarios libros de ajedrez daban ciertos consejos para perjudicar al oponente, aquì menciona que :

       " Ya en la Edad Media tenemos ejemplos de prácticas dudosas a cargo de maestros de ajedrez. La más conocida (sin duda, la más citada) son las que mencionan  Lucena (“Procura jugar después de que tu rival haya comido o bebido abundantemente”) y Ruy López (“Sitúa el tablero de forma que el sol dé en los ojos de tu oponente”). Ejemplos más recientes incluyen llevar un gato a la sala de juego cuando se sabe que el rival es alérgico a esos animales (presuntamente hecho por Alekhine), fumar puros o, de forma más abrumadora, amenazar con fumarlos (como en la famosa historia de Vidmar contra Nimzovitsch), juguetear con algo, murmurar o incluso situar las piezas descentradas si se sabe que el oponente (por ejemplo, Meking) está obsesionado con el orden, e incontables estratagemas similares."

     Y se dà el caso que tales pràcticas deplorables, que ameritarìan la inmediata expulsiòn del torneo a quienes llevaron acabo la estafa de no jugar, sino pactar un empate en solo 6 (seis) movimientos con claro y sucio olor a un acuerdo para repartirse el premio que con tanto trabajo gestiona el comite que organiza el torneo, que les ofrece pasajes, alojamiento, su comida y otros beneficios, en fin, ha llegado a nuestro querido torneo internacional Carlos Torre la cadena de dichas tretas, hace unos años se supo de algunas componendas y se expulsò al culpable y recuerdo hasta fuè acusado de robo por otro jugador, los involucrados en esta fea manera de entender el profecionalismo son los jugadores Fidel Corrales y Juan Gonzàlez, quienes con el dinero a la mano y tocàndoles jugar entre sì en la ùltima ronda y con ese profesionalismo que les caracteriza, fueron a la sala de juego, se saludaron, movieron un poco las piezas y vamos por el premio,  claro, para repartirselo, que tome nota el comite Organizador para valorar estos comportamientos que ensucian la trayectoria del torneo, sugiero que tengan calma al formar la lista de jugadores que vengan a competir, existen interesantes jugadores que vendrìan con una buena organizaciòn al captar elementos, y no traer maestros de segunda mano acostumbrados a tales malos hàbitos y y solo en pos del dinero, nada de emociòn, nada de normas, nada de nuevos jugadores, bueno, para que no todo sea malsabor de boca propongo traer a los hermanos Cori, Jorge y Deysi, al argentino Rubèn Felgaer,
Eduardo Iturrizaga, Rafael Leitao, Gilberto Milos, Alejandro Ramirez, Wesley So, españoles que siempre dejan buen sabor de boca, està por ejemplo Ivàn Salgado, y varios europeos que se dejan el pellejo en el tablero, hay ingleses como Stuart Conquest, Davis Howell, en fin hay mucha variedad para ver siempre a los mismos cada año y ya se pasan con las invitaciones a jugadores de un mismo pais.
   
        La partida de la vergüenza:

Fidel Corrales


Juan Gonzàlez
                                     









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