miércoles, 25 de enero de 2012

Para los dias de torneo.

     El ajedrez, que reúne orgánicamente elementos del Arte, la Ciencia y el Deporte, a lo largo de los siglos ha constituído parte inalienable de la Cultura y la Civilización mundial.
 Isaac Linder, (1920-???) historiador ruso de ajedrez


 
Siguiendo con algo de las enseñanzas del libro para mejorar al jugar tenemos :

Dice el maestro, voy a dar unos consejos prácticos que favorecerán a todo aquél que quiera superarse continuamente.
No basta ir a jugar una partida de cualquier manera; hay que dormir las horas suficientes (unas 8 horas); hay que frenar la euforia después de un triunfo y no hay que subestimar nunca al contrario, aunque se tenga una posición muy ventajosa, pues la relajación y la confianza son muy traidoras y juegan muchas malas pasadas; hay que evitar el alcohol, llevar una vida lo más sana posible, intentar relajar y controlar los sentimientos de uno y «darlo todo» durante la partida. Ya he mencionado que un torneo de ajedrez comporta mucho desgaste físico y mental. Una vida sana y una dieta equilibrada son imprescindibles. Tomemos el ejemplo de Kaspárov. El excampeón del mundo incluye en su dieta el salmón y otros pescados básicos que aportan las vitaminas y nutrientes necesarios para que pueda desplegar su talento y creatividad. El pescado, en general, pero sobre todo el azul, como la sardina, es una buena fuente de vitaminas y minerales, y está a nuestro alcance. Otro alimento importante es la miel, que por sus propiedades curativas favorece el organismo.
También es conveniente descargar la tensión. Recuerdo que Arturo Pomar, persona muy sencilla a quien conocí siendo yo un muchacho, antes de cada partida daba largos paseos. Pasear es muy beneficioso, pues despeja la mente.
No es recomendable poco antes de la partida visualizar muchas posiciones, ya que se contribuye así a cansar la mente: nuestros ojos realizan un esfuerzo excesivo que repercutirá negativamente durante la partida.
Sin subestimar al adversario, hay que tener también confianza en uno mismo. Puede decirse que muchas personas han perdido a veces la partida antes de empezar, pues consideran a su rival muy fuerte por el mero hecho de ser maestro; otras se sienten intimidadas por las miradas y gestos del adversario. Es necesario contrarrestar todo esto potenciando al máximo la autoestima y la confianza en nosotros mismos. Hay que «darlo todo» e intentar ganar a esa persona con todas nuestras fuerzas.
El buen jugador de ajedrez será el que sepa más ajedrez que el adversario, lo que no significa que sepa más aperturas, pero sí que tendrá más experiencia, lo que decantará la balanza en su favor, y no por suerte.
Debemos conocer cuáles son nuestras deficiencias y pulirlas hasta eliminar «los puntos débiles del yo». Solo así conseguiremos progresar, por nuestro bien y el del ajedrez.

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